miércoles, 22 de julio de 2015

Morir soñando

Hoy nos vamos hasta la República Dominicana para disfrutar de su bebida más típica y con la que soñaréis una vez la probéis, pues es ¡¡sumamente deliciosa!!
Según dicen este nombre tan bonito le viene porque satisface muy rápido y provoca cierta somnoliencia, no sé...lo que sí hizo fué refrescarme enseguida ya que uno de los trucos que tiene para lograr que no se "corte" esta mezcla de cítrico con leche es que todo esté MUY FRÍO. El otro truco consiste en el orden de la mezcla, como veremos ahora.

Desde que ví esta bebida por pura casualidad en algún lugar de internet se me quedó grabada para prepararla en cuanto tuviera ocasión, luego consulté muchos blogs y de todos cogiendo ideas, así lo he hecho yo...

Lo más importante es que tengamos previamente tanto las naranjas como la leche  guardadas en la nevera , incluso ésta última dejarla un rato en el congelador para que la mezcla sea un éxito. Y si tuviéramos vainilla negra dominicana ¡mucho mejor!

INGREDIENTES:
-1 brick de leche evaporada (525  ml)
-3 cucharadas de azúcar moreno
-2 tazas de zumo de naranja (500 ml) 
-2 tazas de hielo
-1 cucharadita de esencia de vainilla

PREPARACIÓN:
Picamos el hielo en una batidora de vaso 

Exprimimos las naranjas frías hasta obtener medio litro de zumo y mezclamos con el azúcar hasta que se disuelva.

Vertemos el zumo azucarado sobre el hielo y removemos. A continuación vamos echando la leche evaporada (que acabamos de sacar de la nevera) rápidamente y sin dejar de mover para que se integre bien.

Añadir la vainilla, mezclar... 

y servir enseguida. 
 ¡¡Ya se ha convertido en mi favorita!!


Y para disfrutarla relajadamente este verano,
me voy de vacaciones hasta septiembre y os dejo...
..."MORIR SOÑANDO"...

lunes, 20 de julio de 2015

Hummingbird cake o tarta colibrí (con origami)









Igual que los colibrís adoran el néctar de las flores y liban de él una y otra vez sin moverse del sitio así váis a estar alrededor de esta tarta en cuanto la preparéis, porque es tan dulce como para atraernos y ponernos a cantar de alegría! 
Un pastel con interior muy jugoso gracias a la piña y plátano que lleva y con un sabor espectacular debido a las nueces pecanas, el ingrediente sureño americano que no debe faltar.  En 1978 la receta fué presentada por la Sra. Wiggins a la revista Southern Living popularizándose enseguida con dicho nombre y en la que yo me he basado para hacer el pastel.
Además se me vino a la cabeza en cuanto rebusqué por toda la página de origami 
que propuse para el reto de "Aprendiendo de todo un poco" de Anna 
y ví el modelo del colibrí, y pensé...
¡qué bonito sería decorarlo así"

INGREDIENTES:
-3 tazas de harina (390 grs.)
-2 tazas de azúcar (400 grs.)
-1 cucharadita de canela
-1 cucharadita de bicarbonato sódico (6 grs.)
-1/2 cucharadita de sal.
-225 grs. de piña en su jugo 
-3  plátanos maduros machacados (unos 400 grs.)
-180 ml. de aceite.
-1 taza de nueces pecanas picadas (100 grs.)
-3 huevos grandes.
-1/2 cucharadita de esencia de vainilla

Frosting de queso:
-250 grs. de queso en crema 
-50 grs. de mantequilla (a temperatura ambiente)
-300 grs. de azúcar glass
-2 cucharaditas de esencia de vainilla

PREPARACIÓN:
-Precalentar el horno a 180º y engrasar 3 moldes de 20 cm. (o ponerles papel de horno)
-Colocar las nueces en una bandeja de horno y tostarlas ligeramente. 
Dejar que se enfríen y luego picarlas en trocitos pequeños.
-En un bol grande ponemos la harina tamizada junto con el bicarbonato, sal, canela y azúcar. Mezclar bien.
-En otro bol batir un poco los huevos y añadir el aceite, esencia de vainilla, la piña (bien escurrida y picada menuda) y los plátanos machacados. Por último, incorporar las nueces y mezclar bien.
-Verter los ingredientes húmedos de este 2º bol al 1º (de ingredientes secos) y remover con una cuchara o varillas hasta que se integren bien.
-Pesar la masa para repartir la misma cantidad en los tres moldes, alisar con una espátula  y hornear a 180º durante 25-30 minutos (comprobamos si está pinchando en el centro con un palillo: debe salir limpio) 
-Dejar templar sobre una rejilla 10 minutos antes de desmoldarlos y que se enfríen del todo.

*Para el frosting:
Batimos con una batidora de varillas la mantequilla y el queso crema hasta que esté suave. Añadimos la vainilla, mezclamos y por último el azúcar poco a poco, seguimos batiendo hasta tener una masa homogénea y esponjosa. (Se puede dejar un rato en la nevera para que coja más consistencia) 
Distribuir la cobertura sobre cada bizcocho y los lados. Decorar con nueces.


 En este vídeo se ve muy fácil hacer origami...
¡claro que otra cosa es ponerse e intentar que salga igual! 
Con la de modelos que hay y justo escojo el más difícil, 
parando a cada segundo para comprobar esos pliegues imposibles...
llendo despacio, rompiéndose por donde no debe,
 intentando ver más allá de esos dedos que tapan el papel...
Con la tarta hecha y los invitados llegando ¡¡en un rato!!
sudando la gota gorda, desesperándome y por fin armándome de santa paciencia, 
¡¡Lo conseguí!!
El proceso es éste -muy resumido-  No hace falta dibujar las líneas, sólo es para que veáis mejor los dobleces.Si lo quieres hacer consulta el enlace del vídeo. ¡¡Y asegúrate que vas bien!!
Y para celebrarlo,
Otro día le hice un compañera
y viven felices entre las plantas de la terraza. 
Debió ser que tenía muchas cosas que hacer, porque...
no es tan difícil, noo!

martes, 14 de julio de 2015

Sopa fría de melón con rosas de jamón


El melón con jamón es un plato clásico (del s.XVII) que en su presentación más habitual simplemente consiste en trocear el melón en rebanadas 
y colocarle encima la loncha de jamón;
 ¡receta fácil donde las haya!
 Y que sigue triunfando por su frescor y contraste de sabores, dulce y salado en un mismo bocado. Un entrante perfecto para servir en verano y que podemos presentar de forma más imaginativa como una sopa fría acompañada con rosas de jamón.

INGREDIENTES:
-1 melón maduro (mejor que ya esté frío de la nevera)
-jamón serrano en lonchas 
-sal y pimienta
-un chorrito de aceite de oliva
-nata líquida para cocinar (opcional) al gusto


PREPARACIÓN:
Como vamos a servir en el propio melón la sopa le cortamos un poco las dos puntas y así quedará estable. 
Luego lo partimos por la mitad (a lo ancho) y le quitamos todas las pepitas. 
Sacamos su pulpa con una cuchara, sin llegar mucho al fondo y la ponemos en el vaso de la batidora. Reservamos las dos cáscaras vacías.
Trituramos junto con un chorrito de aceite y la nata líquida al gusto. Salpimentamos, mezclándolo bien.
Lo pasamos por el chino para que quede con una textura fina.
Guardamos en la nevera para que esté bien fresquita a la hora de servir.

DECORACIÓN con rosas de jamón:
-En una loncha de jamón extendida y cortada por la mitad a lo largo, ponemos un palillo (al que se le puede trinchar un trocito alargado de melón si queremos) y vamos enrollando alrededor. Es mejor que por abajo quede más apretado (para que no se caiga el jamón) y por arriba le vayamos dando un poco de vuelo para que parezcan los pétalos.
-Con la punta de un cuchillo vamos haciendo incisiones verticales en el borde de la cáscara del melón, así será más fácil meter los palillos de flores por todo el borde.
Por supuesto los ingredientes deben ser de buena calidad, un melón dulce y maduro hará un buen contraste con un jamón serrano ¡lleno de sabor! no nos vaya a pasar lo de la...
Fábula del jamón
"Un ricachón mentecato
ahorrador empedernido
por comprar jamón barato
lo compró medio podrido.
Le produjo indigestión
y entre botica y galeno
gastó el doble que en jamón
por no comprar jamón bueno.
Hoy afirma que fué un loco
puesto que economizar
no es gastar mucho ni poco
sino saberlo gastar"
Asi que ¡no seamos melones y compremos buenos jamones!

viernes, 10 de julio de 2015

Bolitas de dátil (con ghee)

Esta receta es la que más me llamó la atención de entre todas las que aparecen al principio  de cada capítulo del libro "Recetas y confidencias" de Ann Pearlman. 

El club de las galletas formado por un grupo de 12 amigas es la excusa perfecta para reunirse todos los años el primer lunes de diciembre, retomar su amistad en el ambiente navideño y ponerse al día de lo sucedido en sus vidas, aportar nuevas recetas y por supuesto... probar de cada docena con las que se obsequian en el intercambio galletero.
¡¡Después de su lectura te entrarán unas ganas tremendas de preparar galletitas!!
Menos mal que esta receta llamada "Mahyoosa" no requiere horno. 
Una de las amigas de esa reunión lo que celebra es el Janucá (festividad judía) 
y lleva estos dulces hechos a base de dátiles y frutos secos, 
toda una exquisitez para el paladar.

INGREDIENTES:
-400 grs. de dátiles
-1 cucharada de mantequilla
-1/2 taza de *ghee (mantequilla clarificada)
-1 taza de harina integral
-1/2 cucharadita de cardamomo molido
-1/2 taza de frutos secos troceados finamente (yo: anacardos y avellanas)
PREPARACIÓN:
-Picar los dátiles y machacarlos en un mortero junto con la cucharada de mantequilla (o en un robot de cocina) hasta que se forme una pasta, que reservaremos.
1-Si habéis hecho el ghee con antelación, un día antes por lo menos, se habrá solidificado y entonces habrá que derretirlo en una sartén a fuego medio. (Yo como lo hice casi seguido no me hizo falta, aún seguía líquido como en la foto de más abajo)
Ir espolvoreando la harina y cocer sin dejar de remover hasta que adquiera un tono marrón claro (unos 5 minutos)
2- Añadir el cardamomo... 
3- y la pasta de dátiles. Bajar el fuego y seguir cociendo, removiendo con frecuencia hasta que todos los ingredientes se hayan mezclado bien.
4-Añadir los frutos secos molidos. Retirar del fuego y dejar enfriar lo suficiente como para poder manipular la mezcla .
Con las manos, ir cogiendo trozos del tamaño de una cucharada aprox. y formar bolitas con ellos. Colocar en moldes de papel para trufas.

**Ghee:
Es un tipo de mantequilla clarificada, muy famosa en la India por sus cualidades terapéuticas. Considerada "oro líquido" o purificada, pues se elimina el 80% de las grasas saturada a través del proceso de ebullición al que se somete. Esto provoca que se separe y desechemos la proteína de la leche, quedando sólo la parte oleosa, siendo más digestible (incluso pudiendo tomarlo los intolerantes a la lactosa). Además es ideal cuando hay que freír, porque ahora ya soporta altas temperaturas sin quemarse (por ejemplo, en la receta anterior del lenguado a la molinera)
-Se trocea una barra de mantequilla sin sal y se pone en una cazuela a fuego medio. 
-Se derretirá hasta ponerse líquida. Mantenerla siempre destapada y remover con una cuchara de madera. Los sólidos irán subiendo a la superficie formando una espumilla que no hace falta retirar (se irá evaporando) Mantener hirviendo a fuego medio.
-Se formarán burbujas grandes, bajamos el fuego y removemos de vez en cuando para que no se peguen los restos sólidos al fondo (se trata de que se tuesten un poco pero sin llegar a quemarse, pues lo estropearía todo)
-Cuando esté de color dorado transparente y con una espuma finita por arriba ya estará listo. Huele muy bien!
-Dejar enfriar un poco y filtrar por un colador de tela. Enfriar totalmente a temperatura ambiente antes de taparlo. (Se irá solidificando y dura muchos meses sin necesidad de nevera) 
Fuente: proceso más detallado aquí
Salieron 30 bocaditos. Guardar en un bote hermético, se conservarán varias semanas.
Como curiosidad, deciros que buscando por la red esta receta cuyo nombre y elaboración eran completamente nuevos para mí, encontré en un blog de gastronomía judía algo parecido. Enseñaban unas bolitas con dátiles (para celebrar su año Nuevo) en el que no se usa ni harina y ni ghee pero sí media taza de miel y 2 cucharaditas de canela. 
Por lo visto es la receta (de dulce de dátiles) más antigua encontrada en Egipto
 (en el año 1600 a.C.) descifrada de un ostracón (fragmento de cerámica) 
y que podéis leer ahí si queréis hacerlas.
 ¡Son más fáciles aún!

lunes, 6 de julio de 2015

Lenguado a la molinera



Esta es la traducción de "Sole meunière", un plato típico de la cocina francesa que en castellano significa "lenguado a la molinera" por la sencilla razón de que el pescado se pasa por harina antes de freírlo, aunque lo más característico es la técnica empleada.  Su salsa de mantequilla tostada, con perejil y aromatizada con limón le confiere un sabor inigualable, y además de gozar de un plato de categoría disfrutaremos el doble por su rápida elaboración.


Aunque yo lo llamaría "Del lenguado y los olvidos..." 
porque tanto el propio lenguado como el posible origen del plato 
van acompañados de sendos olvidos, 
que en el primer caso dió lugar a una leyenda sobre el aspecto de éste pescado,
y en el 2º a un gran éxito entre los comensales por lo delicioso que está.

INGREDIENTES: 
Para el pescado
-4 filetes de lenguado 
-2 cucharadas de mantequilla y 2 cucharadas de aceite de oliva
-harina de trigo
-sal y pimienta
Para la salsa:
-50 grs. de mantequilla
-perejil picado
-jugo de 1 limón
-un puñado de almendras fileteadas
PREPARACIÓN:
1-Salpimentar el pescado y pasarlo por harina, sacudiendo el exceso. Calentar  el aceite de oliva en una sartén al fuego y añadir la mantequilla, girándola para que cubra todo.
2-Freír el lenguado de 2 a 3 minutos por cada lado, hasta que esté dorado. Sacar los filetes a un plato y reservar calientes tapándolos con papel de aluminio.
3-Limpiar la sartén con un papel de cocina y calentar la mantequilla hasta que esté derretida y a punto de hervir pero sin que se ponga marrón (a punto noisette, que le dará muy buen sabor) entonces añadimos las almendras y después el zumo de limón y el perejil picado. Mezclar bien y dejar reducir unos segundos.
4-Verter la salsa sobre el pescado y servir enseguida.




El primer despiste viene de hace tiempo...
El profeta Moisés, hambriento, 
puso aceite en la sartén y comenzó a freír el lenguado
pero quedó tan ensimismado en sus múltiples pensamientos 
que lo olvidó por completo y se quemó por un lado.
Al lanzarlo al mar por no estar a su gusto,
el pez recobró la vida y a partir de entonces 
mostró un lado oscuro (la parte quemada) y el otro blanquecino (el crudo)   
 En cambio, el cocinero J.P. Meunière (nacido en 1889) cuando iba a preparar 
un lenguado a la plancha con limón tuvo que ausentarse un rato de la cocina 
dejando olvidada la sartén con la matequilla puesta al fuego y ésta se empezó a quemar.
Menos mal que cuando volvió, y ya pasado el enfado,
 lo probó mezclado con el jugo de limón y le gustó como salsa 
para acompañar el pescado, si no, nos habría privado de ésta receta tan rica.

¿Y yo...qué más os iba a decir? ah, sí ¡que aproveche!