Después de haber preparado, hace tiempo, una geoda de azúcar (puedes verla aquí)
y unas ágatas de fimo (míralas allí) sigo teniendo ganas de hacer más experimentos...
porque quedan tan espectaculares que es difícil resistirse
al encanto de crear piezas únicas, tal que joyas
pues sólo viendo las fotografías nadie pensaría que sólo están hechas de caramelos
(y además de una forma muy simple)
y es que Cecilia (del blog El mundo de Cecilia) nos ha invitado a celebrar con ella
su cumpleaños y su Aniversario de boda, que al ser 39 curiosamente se llama...
¡Bodas de ágata!
Para el Reto que ella propuso la acompaño con esta entrada que espero que le guste.
Parece ser que en la Edad Media, en este tipo de aniversarios se les regalaba a los esposos objetos elaborados con materiales que cada año eran más resistentes y sólidos, para representar cómo su relación se volvía cada vez más fuerte. Esta tradición empezó en Alemania y si a las más conocidas tal como los 25 años de casados, los amigos y familiares le regalaban una corona de plata y a los 50, las famosas Bodas de oro, le corresponde el oro y es un motivo de especial alegría...
por el camino y hasta llegar a esas cifras se va pasando por ejemplo por
las bodas de papel (el primer año), algodón, seda, hierro, bronce, aluminio, marfil, etc, etc
Cómo hacer ágatas de caramelos:
-Metemos unos cuantos caramelos dentro de una bolsa o entre dos film de cocina y los trituramos con un rodillo (cada color por separado)
-Cortamos un trozo de papel de aluminio y hacemos un molde de forma que quede un hueco en el medio pero con los filos para arriba, igual que todo el contorno ya que los caramelos al derretirse no se saldrán (o simplemente más alto, como el de la izqda. que no lo corté)
Mejor que quede un poco irregular para que parezca más verosímil y que el albal no quede demasiado arrugado en el fondo, sólo un poco, ya que aunque éso le da luego apariencia de aristas si es muy exagerado después será más pesado para separarlo del "ágata".
-Ir rellenando con los caramelos machacados creando círculos concéntricos, mejor que contrasten entre sí, pero eso es al gusto de cada cual... Cuando lo tengamos todo cubierto, volver a rellenar un poco más para que no quede demasiado fino de grosor (al derretirse)
-Meterlo en una bandeja de horno (yo la forré con papel de hornear por si acaso hubiera alguna fuga, aunque no fué el caso)
-Lo dejamos a 150º durante 3 ó 4 minutos (estar pendiente y en cuanto se derrita apagar el horno y sacar la bandeja. Cuidado!! no tocarlos hasta que no se enfríen del todo.
-Entonces ya le separamos el papel de aluminio (sale bien, pero si se rompe...paciencia) y procurar cogerlo por los lados para no dejarle marcadas las huellas de los dedos.
-Si se pinta en dorado (con un rotulador de tinta comestible) el filo queda más bonito aún.
-Envuélvelo en celofán, pónle una etiqueta bonita y será un regalo precioso y sorprendente en cualquier celebración o aniversario; sin ir más lejos, ya mismo es el día de la madre...
y luego el resultado ¡no hay dos iguales!
¡Inténtalo tú también! ya ves qué fácil es
Lo que ha sido dificilísimo ha sido elegir las fotos
¡son todas tan bonitas! y al natural más!!
¿Vamos a la fiesta de Cecilia?
Hay muchas amigas y han llevado trabajos increíbles de bonitos
además un pajarito me ha dicho que
los mini abanicos de Flor de Diy's
son detallitos de recuerdo superfáciles para acompañar el regalo.