¿Tenéis visita repentina? ¿abrís la nevera y no hay leche, huevos ni mantequilla para preparar algún dulce? argg...!!! ¡que no cunda el pánico! porque éste bizcocho que véis es el resultado de tal desaguisado...y es jugoso y chocolateado por donde lo mires.
Si además de ser apto para los intolerantes o alérgicos a la lactosa, veganos y los temerosos de las grasas y calorías, os digo que sólo se mancha el molde donde se hornea y lo tenemos listo en 7 minutos ¿quién da más por tan poco?
Esta receta fué inventada en la 2ª guerra mundial, cuando la escasez de éstos alimentos hizo que algún panadero agudizara el ingenio. Entonces no se usaba el vinagre en la cocción y aquí es el responsable de que el pastel suba por su combinación con el bicarbonato:
lo dicho, un bizcocho "loco"
INGREDIENTES:
-1 taza y media de harina de trigo común (1 y 1/2 cup)
-1 taza de azúcar (1 cup)
-3 cucharadas de cacao (3 tbs)
-5 cucharadas de aceite girasol (5 tbs)
-1 cucharadita de bicarbonato (1 tsp)
-media cucharadita de sal (1/2 tsp)
-1 cucharadita de vinagre (1 tsp)
-1 cucharadita de esencia de vainilla (1 tsp)
-1 taza de agua (fría)
PREPARACIÓN:
En el molde donde lo vayas a hornear se ponen los ingredientes secos: la harina, cacao, azúcar, bicarbonato y sal. Removemos un poco para mezclar.
Hacemos tres huecos para echar en uno el aceite, en el 2º el vinagre y en el 3º la esencia de vainilla. Ir mezclando con una cuchara mientras vamos vertiendo el agua, pero lo justo para
formar la masa.
Meter en el microondas 7 minutos a potencia máxima (700 w), sacar y dejar reposar un poco antes de desmoldar..
NOTA:
La receta original es de horno, precalentado a 170º y dejándolo 35 minutos. La podéis hacer así, aunque yo la he adaptado al microondas porque de ésta manera es muuucho más rápida.
Lo mejor es usar un molde de silicona para no tener problemas a a la hora de desmoldar.
Se puede adornar con azúcar glass, acompañar con mermelada de manzana o un glaseado de ¡más chocolate!, a vuestro gusto.
Y mientras llegan vuestros invitados saldrá esta ricura hacia el salón o jardín, sin complicarnos ni ensuciar la cocina...
Fuente: Bakerette y Los Angeles Time